Un 1114, más que un camión… Toda una vida

Mercedes Benz 1114 – Tendrás un Altar

El 1114 vista desde la rura

Recorriendo la provincia como es costumbre en Cautiva, pasé por el km 154 de la Ruta Nacional 68, entre las localidades de La Merced y El Carril, allí me encontré con un curioso altar, un culto al trabajo, y me sorprendió el hecho de ver en la parte alta del galpón, un camión que años antes vimos trabajando en esa misma zona. Al principio pensaba que estaba en un proceso para ser reparado, pero al prestar atención a la edificación y el perfecto estado de conservación del 1114 me di cuenta de que se trataba de una muy linda historia de vida, por lo que no quise dejar pasar la gran oportunidad de conocerla y contarla.

“En los últimos Dakar que pasaron por salta, los especialistas de las categorías camiones vinieron a ver mi camión”

Tuve la suerte de poder escuchar la historia directamente de aquel que la forjo, de aquel que trabajó y formo una estrecha relación con su herramienta, su 1114. Fue tan importante para él y su familia, que decidió jubilarse junto a su Camión y hacerle un Altar, un museo de la historia viva de la Argentina grande.

Aquí te presentamos a Carlos Abraham Enrique “El Catucho” y una muy pequeña reseña de todo lo vivido.

“Trabajo 42 años con el Camión Mercedes Benz 1114 modelo 1968”

Carlos Abraham Enrique “El Catucho” con una maqueta de su querido 1114

«El camión me lo dio mi papá cuando yo tenia 18 años, mi papá se separo de mi mamá y el camión fue lo único que mantenía a mi familia, ya que todos mis hermanos eran mas  chicos; entonces tuve que empezar a trabajar yo para poder criar a todos mis hermanos, ahora cada uno es profesional, uno es maestro, otro es enfermero universitario, y mi hermana contadora. Ya cuando todos se recibieron pude comprarle una casa a mi mamá en el barrio Santa Ana y con el tiempo mis hermanos comenzaron a comprar sus casas también en el barrio y ahora todos viven ahí; yo vivía en Santa Cecilia siempre con un laburo duro, al principio viajando a Buenos Aires, teníamos que hacer el recorrido Oran – Buenos Aires en 36 horas, llevando frutas y verduras con una ruta casi sin pavimento. Pasaron los años y el cansancio de esos viajes me hizo cambiar y empecé a trabajar para la Cerámica del Norte, para el Ing. Moncho tirando carbón, en Cervecera Salta, para Coca Cola, en Pastore y otros tantos lugares. También estudiaron mis hijos y después pude comprar aquí donde estamos ahora, esto era todo monte, un pedazo de Rio, de a poco pudimos armar la planta de áridos que usted está viendo, ya con la incorporación de mi hijo Diego el trabajo comenzó a ser un poco más liviano para mi.

“Lo desarmaba aproximadamente cada dos años”

El altar del 1114

Siempre reparábamos el motor, lo rectificábamos o arreglábamos lo que salía, solamente después de 20 años le cambie un semiarmado. En el 2012 le hicimos el motor totalmente nuevo, con el tiempo el compró dos camiones nuevos, entonces decidí que quería guardar mi camión, el hizo el proyecto del galpón, yo me fui a la Difunta Correa en San Juan con mi señora en el Camión por supuesto; fue mi último viaje con el Mercedes. Somos muy devotos de la Difunta así que el ultimo viaje fue para visitarla; a los días de llegar de San Juan fui a descargar áridos a la Merced, cuando volví había una rampa de áridos para subir a la plataforma, ¡subilo! -me dijo mi hijo-, al rato la maquina ya había desarmado la rampa y ahí quedo mi camión, fue en el año 2015 o 2016, seguramente si lo hubiese vendido en un par de años me lo iba a cruzar roto y a este camión yo lo he tenido toda mi vida; cuando muramos mi señora y yo quiero que nos cremen y las cenizas queden aquí adentro del camión, este va a ser el cementerio de los dos, nosotros hemos empezado de cero y esta fue nuestra única herramienta, ahora yo me he Jubilado y mi Camión también.

 

 

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Andy Benavides Comunicación | CoverNews por AF themes.